viernes, 11 de septiembre de 2009

El Loche en los Reinos de la Luna (Parte I)

Por: David Martín Ayasta Vallejo
Siendo el territorio peruano poseedor de una de las geografías más variadas y complejas del mundo, el proceso de domesticación de alimentos iniciado sobre este peculiar territorio hacia el año 8600 a.C aprox., hubo de resultar especialmente pródigo en aportes alimentarios para el territorio andino y desde el siglo XVI para el mundo en general
El loche en el proceso domesticador de los Andes Centrales


La arqueología ubica el ¨Arcaico¨ (8600 – 1800 a.C) y el ¨Formativo¨ (1800- 200 a.C) como los periodos en los que este proceso domesticador fue más intenso. Y, aunque la Sierra (Guitarrero-Ancash para el caso) posee los registros más antiguos de domesticación vegetal, la arqueología ha revelado que existieron múltiples experiencias adaptativas y domesticadoras, reconociéndose por su procedencia: cultivos microtérmicos (quinua, cañiwa, oca, mashwa, olluco, en el medio altoandino), mesotérmicos (frejoles, pallares, calabazas, zapallos, huaba, ají en climas templados) y meso-macrotérmicos (yuca y maní en el medio selvático) (Lumbreras, 1981,2008)
La cucúrbita moschata (Loche), de la que hoy nos ocuparemos, constituye una de las variedades de zapallo que se habrían de domesticar como parte de este milenario proceso. Tom Dillehay, arqueólogo americano especializado en la investigación del poblamiento de América y primeras ocupaciones, ha registrado ya las evidencias más antiguas de Loche en la zona de Nanchoc (parte alta del valle de Zaña). Asegura reconocerlas en restos de almidón impregnados en la dentadura de los antiguos habitantes de esta zona. Dice Dillehay (2008) ¨Almidón de las semillas de Phaseolus (frejol) e Inga feuillei (huaba), la carne de Cucurbita moschata (loche) frutas, las nueces y de Arachis habitualmente se presentan en numerosos dientes a esa fecha entre 8210 y 6970 años antes del presente¨ (textos en negrita nuestros)
Las domesticaciones del loche y otras 181 plantas más, de acuerdo a cifras de Brack Egg, tuvieron una repercusión directa sobre la identidad de nuestras sociedades. Determinó el carácter agrario de nuestra economía prehispánica, incentivó el desarrollo del conocimiento hidráulico, fundamental para el traslado y uso de las aguas; vio germinar valores como la reciprocidad y el amor al trabajo tan necesarios para la ardua tarea de hacer productiva la tierra con herramientas tan precarias. Pero sobre todo, dotó a nuestras sociedades de autosuficiencia alimentaria. Sociedades capaces de producir los alimentos que necesitaban sin depender para ello de otras externas. Hacia el siglo XVI, enorme era la sorpresa hispana al ver los tambos incas, sobrados en alimentos y tejidos. ¨Nos hacen gran ventaja¨ decía el príncipe de los cronistas, Pedro Cieza de León.


El loche y el desarrollo cultural Muchik
Serán los Cupisniques (1500 – 200 a.C), las primeras sociedades de la Costa Norte en representar plásticamente en cerámica, frutos del loche. Obviamente no los primeros en cultivarlo. Carlos Elera, arqueólogo con diversas investigaciones sobre cultura Cupisnique, halló en la tumba de un individuo de Puémape, un ceramio muy especial de este fruto. Lo llamativo, era que se había colocado la vajilla que acompañaría al personaje (Mates), junto al alimento que comería (representado por el ceramio del Loche) y la bebida que tomaría (depositada al interior del ceramio). Es decir que ya en tiempos Cupisniques, el loche estaba adquiriendo funciones religioso-funerarias, relacionada con la alimentación de los antepasados en la otra vida. (Elera, 2009)
Va ser en tiempos de los Mochicas (100-750 d.C) y luego entre sus ¨nietos culturales¨, los Chimú (1100-1375 d.C), que la inserción progresiva del Loche en la vida religiosa de las comunidades prehispánicas se va a tornar en evidente, a través de la profusa representación de sus frutos en la cerámica de estas culturas.
Su característica corteza verde y pulpa amarillo-oro (expresión solar), debieron tener importancia capital para su valoración sagrada. Al respecto un cuento recogido en el Valle de Moche por Saniel Lozano y Bety Sanchez, (1990), narra como dos niños de Moche se encuentran con un grupo de gentiles, entre los cuales, algunas de ellas les ofrece mazorcas de oro, a cambio de que le traigan un fruto de maduro de cáscara verde. Los niños traen huabas pero se las rechazan; finalmente uno de ellos, les dice que le traigan lúcumas; y les otorga las mazorcas de oro. Este relato es especialmente importante porque atribuye importancia a la lúcuma por sus colores; coincidentemente los colores de este fruto son los colores del Loche. El loche podría haber tenido la misma importancia que el relato atribuye a la lúcuma. 2 .
Veamos más, siendo importante el Loche dentro de la religiosidad prehispánica, hay elementos indican el estrecho vínculo de este vegetal con la Luna (Divinidad femenina) y la fertilidad femenina. 3.
Precisamente lugares donde actualmente se le cultiva como Monsefú (antes Surrup, Siurrepe o Sinrrepe ¿Sal de la luna?) y Eten (Atin), son pueblos cuyos antecedentes prehispánicos estuvieron estrechamente relacionados al culto de la Diosa Luna (Si en idioma Mochica). Inclusive en Eten las parcelas con sembríos actuales de Loche se ubican cercanas a Huacas prehispánicas - Sinan una de ellas- traducido del Muchik como ¨casa de la Luna¨. Aún más, el arqueólogo Victorino Túllume, ha detectado que la etnoastronomía Mochica actual conservada por los agricultores de estas zonas, advierten que es necesaria la observancia de la Luna ¨madura¨ para la siembra del Loche. 4.
Pero además los líquidos de la diosa Luna tenían importancia en la irrigación prehispánica y todo indica en la fertilidad de los campos. Rebeca Carrión Cachot (1955) señala que dentro de la mitología prehispánica a la Diosa Luna se le representaba como una mujer con un cántaro de chicha que convertida en manantial de agua, le soltaba para regocijo de los pobladores. La lingüística Muchik nos da indicios sobre el carácter de estos líquidos. Al respecto el cura Fernando de la Carrera y Daza (1644) tradujo la voz mochica ¨Loche cataen¨ y ¨lochecatneio¨ como ¨el lagrimal¨ (Villarreal, p. 26). Su mismo diccionario registró las voces ¨Cataen, cataen.eio¨ como ¨las partes mujeriles¨ (p.12). De donde se colige que la voz ¨Loche cataen¨ y ¨lochecatneio¨, significaría algo así como las lágrimas de las partes mujeriles.4.
El vocablo ¨Loche cataen¨ y ¨lochecatneio, ha generado la versión de que los Mochicas, podrían haberse referido con el vocablo ¨Loche¨ a ¨las lagrimas de la luna¨ (Elera, 2009); sin embargo habría que tomar en cuenta que las lagrimas no guardan relación visible con esta parte de la anatomía femenina. Por lo que la voz Mochica ¨Loche¨ podría referirse mas bien a la uretra, que cumpliendo rol secretor se ubica en la zona aludida por el sacerdote católico del siglo XVII.
Las secreciones emitidas desde la uretra femenina, han tenido una importancia especial para la fertilidad de las aguas y la tierra en las sociedades prehispánicas. Al respecto recordemos que en la zona del Cumbemayo (Cajamarca) existen relatos que explican el uso de una antigua piedra plana, con huellas de aparentes pisadas, sobre las cuales los antiguos cajamarcas, acostumbraban colocar a niñas jóvenes y vírgenes para que miccionen. Esto con la finalidad de que sus líquidos vayan a al encuentro de las aguas naturales y así le den más fertilidad. Cuando el orín humano se encontraba con el agua natural, habían cánticos y fiesta porque estaba asegurada la producción agrícola. (M. Manayay, comunicación personal, 30 de agosto, 2009). El líquido marino, procedente del espacio donde se ubicaban las islas en las que moraba la Diosa Luna, también cumplía la misma finalidad. Se conoce de su uso desde tiempos Mochicas, la diosa luna regresa de las islas con vasijas cargadas de esta agua marina fecundante. Y aún hasta épocas muy recientes existe constancia de su uso, con fines fertilizadores y propiciadores de lluvia por parte de los agricultores de la Sierra norteña.
Que la palabra loche se relacione con la anatomía femenina cercana donde se ubica la uretra, mas que con la ocular, dejan constancia las vivencias de antiguos pobladores de Puerto Eten (distrito del litoral lambayecano), zona que en tiempos prehispánicos también estuvo vinculada a la Luna. Al respecto de la década 70 del siglo pasado, el investigador del distrito de Puerto Eten, Raúl Vásquez recogió comentarios de contenido erótico que eran proferidos por adultos porteños quienes al ver pasar una mujer de pronunciadas caderas, decían ¨si así tiene el culantro, cómo tendrá el loche¨, ¨ese lochecito si le pongo la lengüita se deshace¨, y otras que podían deslizarse durante jaranas ¨comadrita ¿cuándo me invitará el lochecito?¨ (R. Vásquez, comunicación personal, 19 de agosto, 2009).
Siendo ¨Loche¨, la uretra femenina que emite la orina fertilizadora, se entiende la ancestral costumbre de usar ceramios con forma de Loche en el caserío de Callanca (Distrito de Monsefu, en Lambayeque-Perú), el mismo que enterraban donde se ubicaba la entrada de la regadera a los terrenos de cultivo, con fines de asegurar la fertilidad y buenas cosechas de dicho terreno.
¿Acaso no seria la morfología de la uretra femenina, la que estaría también detrás de la voz mochica ¨coloche¨ muy usada para referir mecanismos hidraúlicos en forma tubular, usados ancestralmente para el desvío de aguas?
De modo que entre los Mochicas de Lambayeque, el loche (cucúrbita moschata) fue un alimento estrechamente vinculado a fertilidad femenina, en el plano ritual algunos recipientes tomaron por eso sus formas y en el plano sagrado, el loche pudo ser el órgano secretor responsable de emitir las fertilizadoras aguas marinas de la diosa luna.

1 comentario:

juanka dijo...

ES EMOCIONANTE CUANDO UNO RECUERDA EL AÑO O MEDIO AÑO DE LA TRADICIONAL PROCESION DE NUESTRO QUERIDO PATRON"JESUS NAZARENO CAUTIVO",YO AL MENOS ME EMOCIONO Y SOBRE TODO CUANDO ENTRO A ESTA PAGINA Y VEO COMO UD.SE TOMA EL TIEMPO PARA DAR A CONOCER NUESTRAS COSTUMBRES MONSEFUANAS.