miércoles, 17 de junio de 2009

Surrup en los orígenes de Monsefú II


Fueron primordialmente los indígenas pescadores de Surrup, quienes hicieron nacer al actual poblado de Monsefú. Para entender este proceso, no hay que dejar de tomar en cuenta que, una de las principales medidas para el aglutinamiento, control, evangelización, cobro del tributo y arrebato de las principales áreas de cultivo de las poblaciones indígenas van a ser las Reducciones de Indios del siglo XVI.
En el caso de Lambayeque; corresponderán al oidor Gregorio Gonzalez de Cuenca, las primeras iniciativas para su ejecución. Un documento colonial testimonia los procedimientos de la reducción ¨Primeramente y en cada repartimiento señalareis los sitios mas comodos que hubiere donde se pudiere fundar pueblo de Yndios…de buen temple e disposición e que sean abundantes de tierras aguas pastos montes y de las demás cosas necesarias para la vida…procurando en quanto fuere posible que la tal reducción se haga a voluntad y contento de los caziques e principales de Yndios…dareis orden de trazar los dhos pueblos por sus calle e quadra y el numero de plazas y sitio para la Iglesia casa del sacerdote solar para casa de la comunidad y Cabildo y Juzgado y Carzel…que se hagan distantes estas Reducciones de las huacas y mochaderos que los indios solian tener…apercibiendo que pasado el termino se derribaran las casas antiguas y serán castigados sino se pasasen¨ (Varallanos,1952 citado en Zevallos, 1995)
En opinión de Jorge Zevallos (1995), el oidor dejaría fundados ¨no menos de catorce pueblos¨ (p.22) iniciando el proceso hacia el segundo semestre de 1566 y prolongándolo hasta 1567. Todo indica que en el caso del cacicazgo de Chuspo, Gonzalez de Cuenca, reduciría sus diversos asentamientos poblacionales y fundaría con ellos tres pueblos de indígenas : San Bartolomé de Callanca, San Martin de Thours de Reque y San Pedro de Surrup.
San Pedro de Surrup se fundaría, teniendo como principal base poblacional a los pescadores de la parcialidad de Surrup, quienes serian desplazados hasta el por entonces llamado paraje de Omonsefuc y probablemente ubicados en las periferias del pueblo; sector oeste del pueblo; donde inclusive se han mantenido sus descendientes hasta la actualidad; preservando sus conocimientos respecto al comercio del pescado y mariscos.
Cuando hacia 1578, el catastrófico meganiño, obligó a los caciques y pobladores de San Bartolome de Callanca a abandonar el pueblo, optarían por desplazarse hasta ¨San Pedro de Surrup¨. Ya en la zona, el peso político de los curacas procedentes de Callanca y la drástica caída poblacional de la parcialidad de Surrup, impondría la variación del nombre del pueblo, por el de San Pedro de Monsefú
3.- Tras las huellas de SurrupHemos ido en busca del Surrup prehispánico en distintas ocasiones y creemos haberlo localizado en los territorios aledaños a la Playa Monsefu. En efecto, es una zona en la que se preservan las huellas de antiguos asentamientos de pescadores, pero que lamentablemente están expuestas drásticamente al huaqueo. Llama la atención la presencia de desecadas lagunas y ancestrales salinas que debieron ser explotadas por los pobladores pescadores de Surrup.
Y voy a detenerme en estas últimas porque las numerosas pozas para la extracción de la sal advierten la importancia que debió tener esta actividad en época prehispánicas. Muchas de ellas se conservaban en la Colonia y parecen haber sido una importante fuente del poder económico del poderoso cacique Apolinario Llontop Chumbi Limo Fayso Farrochumbi quien las recuperó y explotaba. Por eso ante Bartolomé Dapelo, testaría en 1806:
¨Dexo por mis bienes una salinas sitúadas en el paraje nombrado Laesamuc junto del mar lindantes con otras salinas del venerable cura de este Pueblo q(u)e forme con mi trabajo antes de mi matrimonio y he continuado después (no se lee) en el mismo trabajo en consorcio dela d(ic)ha mi muger…y es mi voluntad q(u)e de la parte libre q(ue) de d(ic)has salinas me tocase p(o)r pertenecer su mitad a la referida mi leg(iti) ma consorte se mande decir en cada mes en el Altar del Señor Cautivo q(u)e se venera en esta Iglesia una misa resada con su responso, pagandose asimismo p(o)r el poseedor de las expresadas salinas la correspondiente limosna aplicadas d(ic)has misas p(o)r mi Alma, cuidando igualm(en)te los venerables señores curas de este pueblo desu cumplimiento mensal p(ar)a la perpetuidad deste sufragio como asi lo suplico y encargo p(o)r ser mi expresa voluntad…¨
Dado que se trata de un documento de 1806, no sorprende la desaparición de la toponimia ¨Surrup¨; debió irse con las epidemias del siglo XVI que diezmaron las poblaciones costeras, pero si es muy llamativo que este cacique Apolinario Llontop, que mucho hizo por el engrandecimiento del culto al Cautivo, decidiera en su lecho de muerte orientar parte de las rentas generadas por estos recursos que el litoral marino le proporcionaba, a consolidar el culto religioso al Señor Cautivo. No eligió las rentas de sus campos agrícolas, ni las deudas que le tenían, optó a perpetuidad usar los recursos generados por la Sal para engrandecer un culto religioso en el que creía fervorosamente.
Precisamente es la existencia de estas salinas en la zona, la que nos lleva a plantear una traducción tentativa a la toponimia de Surrup o Surrupe, que en otras fuentes es referida como ¨Siurrepe o Sinrrepe¨ . Separando el vocablo en las voces ¨Su¨, ¨Siu¨ o ¨Sin¨ y ¨rrup o ¨rrepe¨, encontramos que las recopilaciones de voces Mochicas realizadas por Middendorf (1892) refieren la voz muchik ¨Si¨ para Luna y Alfred Bastian (1878) da cuenta de ¨Gehrupu o Chrup¨ para referir a Sal. El ¨Mochica Wonterbuch¨ (Diccionario Mochica) de Bruning (2004) por su parte consigna para ¨rrep¨ la traducción ¨mancha (en la cara)¨ (p. 50)
Con ello, Surrup, ¨sal de la luna¨ haría referencia a esos recursos vitales para las poblaciones de pescadores como lo era la sal marina, con el añadido de que, al igual que como ocurrió en 1806 con Apolinario Llontop , se hallaban bajo el control de la más importante entidad religiosa y su sacerdocio prehispánico en la zona : la Luna.
Al igual que, el espíritu colectivo, el amor al trabajo, la prolongada fiesta, su hábil dominio para el tejido con telar, la producción variada de chichas; entre otros, la gastronomía constituye otro elemento de identidad monsefuana, valiosa posesión cultural heredada que les distingue, les torna en reconocibles y distintos a nivel del microespacio del circuito Mochica y a nivel de Lambayeque. El aporte marino de esta cualidad monsefuana, se heredó de Surrup; mucho se haría en Monsefú si se contribuyera a preservar su memoria. Pasado, presente y porque no futuro podrían articularse en torno a la conservación y aprovechamiento turístico de dichas salinas, experiencia como las de Maras (Cusco) ya lo han demostrado.

Por: David Martín Ayasta Vallejo

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