miércoles, 24 de junio de 2009

I FESTILOCHE : La Fiesta del Loche en Monsefú


I FESTILOCHE (“La Fiesta del Loche”) en el Fexticum 2009:

Es un evento cultural, gastronómico y costumbrista a desarrollarse en la XXXVII edición del Fexticum.Etimologia Loche : Lots* , vocablo Muchik que significa “Lagrima de Luna”.

Panel Académico : Viernes 24 de Julio 8.00 pm. en el Salón de Actos de la MDM.
Y la Fiesta del Loche con el Festival Gastronómico el Sábado 25 de Julio a las 10.30 a.m. en la Pergola del Parque Artesanal.

- Considerando, que la gastronomía lambayecana destaca por sus variados potajes e ingredientes, siendo el loche uno de los principales atractivos. El arroz con cabrito, arroz con pato, sudado de pescado, el ceviche a la monsefuana, etc. tienen un sabor especial cuando se emplea el loche en su preparación.Siendo un producto oriundo de la región, y que esta demostrado que los antepasados lo emplearon en sus comidas, pues “En las tumbas se hallaron semillas de loche de más de mil cien años antes de Cristo que le permiten acreditarlo como un elemento originario de esta zona norte del Perú”, y testigo vivo de la herencia muchik es nuestro distrito de Monsefú.

Loche al que Gastón Acurio lo ha calificado como 'El Embajador del Norte' por su gran valor culinario, que como se sabe, fue el principal acompañante del Yemeque (pescado sancochado) calificado como la alimentación principal del Señor de Sipán".

- Por tanto y con este motivo y a fin de rescatar la identidad de nuestra cultura, reconocer el valor culinario del loche y promover su conservación como producto oriundo de nuestra Región Lambayeque, se propone el desarrollo del I Festiloche ( La Fiesta del Loche), en el marco del FEXTICUM 2009.

Evento que incluirá, un panel académico para la discusión sobre la historia, uso e importancia del loche y que se sugiere este a cargo de reconocidos arqueologos e historiadores de la Región.
Las singulares características del loche serán el centro de atención de todo el pueblo lambayecano, que no solo se reunirá para degustar las delicias preparadas por manos monsefuanas, sino que quedarán encandilados a conocer que en torno a esta apreciada verdura, existe una larga tradición que se remonta a unos tres mil años de antigüedad.
Se convocá a los restaurantes lambayecanos a participar en la preparación de potajes utilizando insumos de la dieta de los antiguos mochicas, principalmente el loche. Los mejores se adjudicaràn Premios y los trofeos “El Festiloche de Oro” y plata respectivamente.

Se hará una caracterización del loche, como uno de los símbolos más significativos de la gastronomía y cultura regional. “Don Loche” presentarà al Loche Màs Grande del Mundo y celebrará su Fiesta al estilo Monsefú, bailando una marinera tradicional acompañado de sus compradres “Don Paño y Doña Causa”, quienes llegarán a visitarlo con sus “originales” regalos.
Asimismo se viene solicitando Auspicio a este importante evento, a fin de poder contar con la Asistencia de los Reconocidos Cheff , que le darán presencia nacional a esta Fiesta del Loche.

Convencidos que esta actividad, reforzará el propósito de revalorar, rescatar y promover la riqueza de la gastronomía ancestral monsefuana y lambayecana, a través de la exhibición y promoción de platos a base de insumos de la culinaria moche, se propone la presente actividad a ser considerada en el Fexticum 2009 : el I Festiloche.

Despues de “El Matrimonio” en el 2007 de “Don Paño” y “Doña Causa” que representaron la Alianza estratégica entre la Artesania y la Gastronomia Monsefuana, matromonio en la Que se Brindo con el "Ponche de Chicha"; “El Bautizo” en el 2008 del “Ceviche a la Monsefuana” con loche que ¡¡ se come hasta de Noche ¡¡ , ahora la familia del Fexticum 2009 crece con la Fiesta de Don Loche “El Festiloche”.


Bienvenidos al Fexticum 2009

miércoles, 17 de junio de 2009

Surrup en los orígenes de Monsefú I


Recuerdo grato e imborrable de cuantos visitan el distrito de Monsefú (Provincia de Chiclayo, Región Lambayeque) es el de su gastronomía. La bien lograda combinación de alimentos frescos, unos procedentes del mar y otros de su también cercana campiña, se ponen de manifiesto en cuanta ocasión lo amerita y allí entre las manos hábiles de mujeres -y también de hombres monsefuanos- emerge la larga experiencia acumulada y curtida en cuanta minga, fiesta familiar, celebración religiosa, velorio, misa, etc. se ha celebrado en Monsefú; para hacer posible, con el deleite de los comensales, la sabrosa y vasta gama culinaria que ostenta este distrito.Los orígenes agrarios de Monsefú están explicados; Bruning a inicios del siglo XX se encargó de ello ¨…(San Bartolo de Callanca) Fuedestruido en elaño de1578 por las lluvias diluviales; sus habitantes iban poblando poco a poco en otro sitio, la actual ciudad de Monsefu…¨ (Bruning, 1989, p. 175); por eso en esta ocasión no nos detendremos en este aspecto; mas bien incidiremos en esa historia olvidada, desconocida y por lo tanto no enseñada del distrito, aquella que da cuenta de otro antiguo pueblo, asentamiento de indígenas pescadores, sobre cuyas bases poblacionales se dio origen al actual Monsefú. 1.- Surrup: La parcialidad de pescadores de Chuspo El estudio de la organización económica de los cacicazgos en tiempos prehispánicos, da cuenta de la presencia de parcialidades especializadas (pachacas en quechua), las mismas que ocupaban diferentes ambientes naturales en función de las actividades que desarrollaban, en un modelo económico denominado de ¨dominio salpicado¨. Parcialidad indispensable en la vida de estos cacicazgos, era de los ¨pescadores¨, que en algunos documentos coloniales inclusive, aparecen referidos como ¨liseros¨, poniendo de manifiesto esa profunda especialización en el aprovechamiento de las costas marinas. Así según el historiador Jorge Zevallos (1989) el cacicazgo de Ferreñafe poseía una parcialidad de pescadores, Túcume también tenía la suya, la de Collique era ¨Eten¨ y Lambayeque tenía su parcialidad de ¨liseros¨, etc. Por su parte Susan Ramirez (1981) refiere además la existencia de las parcialidades de pescadores de Cherrepe para Pacasmayo, Faquescoch para Túcume y Papo para Jayanca.
Respecto de Chuspo, cacicazgo ubicado en la parte media del Valle Chancay que comprendía los actuales territorios de Callanca, Reque y Monsefu, variadas informaciones adelantan la existencia también de una parcialidad de pescadores en la zona. Susan Ramirez (2002) apoyada en documentos de 1587, refiere la existencia de un pueblo de pescadores reubicado por Reducciones en Callanca, pero no precisa su nombre, ni ubicación. Serán sin embargo las ordenanzas emitidas por el oidor Gregorio Gonzales de Cuenca, entre 1566-1567, las más explicitas respecto a esta parcialidad. Precisamente una de ellas da cuenta de la existencia de un principal de pescadores adscrito al cacicazgo de Chuspo, quien solicita al oidor permiso para realizar sus actividades de vender el pescado.
Y así se lee: ¨Ilustre Señor .Don Diego Vixo , principal de los pescadores del repartimiento de Chuspo, digo que yo y mis indios tenemos por trato y granjeria de vender el pescado por los repartimientos comarcanos para pagar nuestro tributo y dar de comer a nuestras mujeres e hijos…pido y suplico me mande dar su mandamiento para que yo e los dichos mis indios podamos vender el dicho pescado en los repartimientos ¨ (Espinoza,1987,p. 202)
Acudimos en consulta de los más antiguos documentos parroquiales de Monsefú y sin embargo no se detectan referencias directas sobre la existencia de esta parcialidad de pescadores. Hay sin embargo en su documentación dos detalles que llaman poderosamente la atención sobre el tema. En primer lugar sus más antiguas partidas refieren al pueblo con el nombre de ¨San Pedro de Surrup¨. En efecto en una partida de noviembre de 1675 se deja leer ¨en la Iglecia San Pedro de Surrup case a Antonio Llontop hijo de Baltazar Llontop y Luisa Valensia caciques de dicho pueblo con Maria Ines (hija de Martin Sanchez y Juliana Sanchez forasteros¨. Como es sabido la fundación de pueblos bajo la advocación de San Pedro, fue frecuente entre las parcialidades de raigambre pescadora. Pero aún más llamativa , es la presencia de la voz ¨Surrup¨ (otras veces ¨Surrupe¨), toponimia que aparece reportada masivamente mucho antes que Omonsefuc, Omonzebu u Omonhifue y pone sobre el debate la existencia de otro pueblo en los orígenes de la actual ¨Ciudad de las flores¨.
La osadía intelectual nos invitaba a conjeturar con que fuera Surrup el antiguo pueblo de pescadores de Chuspo. Susan Ramirez que había referido la toponimia Serrep o Surrep absolvería la duda (com. Personal, 4 abril 2003) ¨Acabo de ver mis fichas y tengo varias referencias a la parcialidad de Surrep "que es en el mar en San Pedro surrep". El principal fue don Francisco Cuyat del repartimiento de Chuspo en 1572. Otro dice igual, pero con el mandón: don Diego Uxo¨.
Estos datos proporcionados por Ramirez, una historiadora con una vasta experiencia en el tratamiento de documentos coloniales de archivos del Perú y del mundo, comprueban la existencia de Surrup; su subordinación al cacicazgo de Chuspo, e insinúan su dimensión poblacional. Esto último puesto que de acuerdo con Guaman Poma un mandón podía tener bajo su control entre 50 a 100 indígenas tributarios. Esto es, entre 50 a 100 familias conformando la parcialidad de Surrup. Por último, las referencias proporcionadas, ponen en evidencia el íntimo vínculo de Surrup con Monsefú, a través de la continuidad y vitalidad de ese otro ancestral apellido monsefuano ¨Cuyate¨ que aparece como ¨Cuyat¨.
De acuerdo con Bruning (2004) , a los pobladores de Surrup, se les conocía, no como monsefuanos, sino como ¨Surrpának¨ o ¨Surpánek¨. Don Enrique alcanzó a principios de siglo XX a recopilar dichas voces en Eten como traducción de monsefuano; pero es obvio que se trata del gentilicio mochica de Surrup.

Por: David Martín Ayasta Vallejo

Surrup en los orígenes de Monsefú II


Fueron primordialmente los indígenas pescadores de Surrup, quienes hicieron nacer al actual poblado de Monsefú. Para entender este proceso, no hay que dejar de tomar en cuenta que, una de las principales medidas para el aglutinamiento, control, evangelización, cobro del tributo y arrebato de las principales áreas de cultivo de las poblaciones indígenas van a ser las Reducciones de Indios del siglo XVI.
En el caso de Lambayeque; corresponderán al oidor Gregorio Gonzalez de Cuenca, las primeras iniciativas para su ejecución. Un documento colonial testimonia los procedimientos de la reducción ¨Primeramente y en cada repartimiento señalareis los sitios mas comodos que hubiere donde se pudiere fundar pueblo de Yndios…de buen temple e disposición e que sean abundantes de tierras aguas pastos montes y de las demás cosas necesarias para la vida…procurando en quanto fuere posible que la tal reducción se haga a voluntad y contento de los caziques e principales de Yndios…dareis orden de trazar los dhos pueblos por sus calle e quadra y el numero de plazas y sitio para la Iglesia casa del sacerdote solar para casa de la comunidad y Cabildo y Juzgado y Carzel…que se hagan distantes estas Reducciones de las huacas y mochaderos que los indios solian tener…apercibiendo que pasado el termino se derribaran las casas antiguas y serán castigados sino se pasasen¨ (Varallanos,1952 citado en Zevallos, 1995)
En opinión de Jorge Zevallos (1995), el oidor dejaría fundados ¨no menos de catorce pueblos¨ (p.22) iniciando el proceso hacia el segundo semestre de 1566 y prolongándolo hasta 1567. Todo indica que en el caso del cacicazgo de Chuspo, Gonzalez de Cuenca, reduciría sus diversos asentamientos poblacionales y fundaría con ellos tres pueblos de indígenas : San Bartolomé de Callanca, San Martin de Thours de Reque y San Pedro de Surrup.
San Pedro de Surrup se fundaría, teniendo como principal base poblacional a los pescadores de la parcialidad de Surrup, quienes serian desplazados hasta el por entonces llamado paraje de Omonsefuc y probablemente ubicados en las periferias del pueblo; sector oeste del pueblo; donde inclusive se han mantenido sus descendientes hasta la actualidad; preservando sus conocimientos respecto al comercio del pescado y mariscos.
Cuando hacia 1578, el catastrófico meganiño, obligó a los caciques y pobladores de San Bartolome de Callanca a abandonar el pueblo, optarían por desplazarse hasta ¨San Pedro de Surrup¨. Ya en la zona, el peso político de los curacas procedentes de Callanca y la drástica caída poblacional de la parcialidad de Surrup, impondría la variación del nombre del pueblo, por el de San Pedro de Monsefú
3.- Tras las huellas de SurrupHemos ido en busca del Surrup prehispánico en distintas ocasiones y creemos haberlo localizado en los territorios aledaños a la Playa Monsefu. En efecto, es una zona en la que se preservan las huellas de antiguos asentamientos de pescadores, pero que lamentablemente están expuestas drásticamente al huaqueo. Llama la atención la presencia de desecadas lagunas y ancestrales salinas que debieron ser explotadas por los pobladores pescadores de Surrup.
Y voy a detenerme en estas últimas porque las numerosas pozas para la extracción de la sal advierten la importancia que debió tener esta actividad en época prehispánicas. Muchas de ellas se conservaban en la Colonia y parecen haber sido una importante fuente del poder económico del poderoso cacique Apolinario Llontop Chumbi Limo Fayso Farrochumbi quien las recuperó y explotaba. Por eso ante Bartolomé Dapelo, testaría en 1806:
¨Dexo por mis bienes una salinas sitúadas en el paraje nombrado Laesamuc junto del mar lindantes con otras salinas del venerable cura de este Pueblo q(u)e forme con mi trabajo antes de mi matrimonio y he continuado después (no se lee) en el mismo trabajo en consorcio dela d(ic)ha mi muger…y es mi voluntad q(u)e de la parte libre q(ue) de d(ic)has salinas me tocase p(o)r pertenecer su mitad a la referida mi leg(iti) ma consorte se mande decir en cada mes en el Altar del Señor Cautivo q(u)e se venera en esta Iglesia una misa resada con su responso, pagandose asimismo p(o)r el poseedor de las expresadas salinas la correspondiente limosna aplicadas d(ic)has misas p(o)r mi Alma, cuidando igualm(en)te los venerables señores curas de este pueblo desu cumplimiento mensal p(ar)a la perpetuidad deste sufragio como asi lo suplico y encargo p(o)r ser mi expresa voluntad…¨
Dado que se trata de un documento de 1806, no sorprende la desaparición de la toponimia ¨Surrup¨; debió irse con las epidemias del siglo XVI que diezmaron las poblaciones costeras, pero si es muy llamativo que este cacique Apolinario Llontop, que mucho hizo por el engrandecimiento del culto al Cautivo, decidiera en su lecho de muerte orientar parte de las rentas generadas por estos recursos que el litoral marino le proporcionaba, a consolidar el culto religioso al Señor Cautivo. No eligió las rentas de sus campos agrícolas, ni las deudas que le tenían, optó a perpetuidad usar los recursos generados por la Sal para engrandecer un culto religioso en el que creía fervorosamente.
Precisamente es la existencia de estas salinas en la zona, la que nos lleva a plantear una traducción tentativa a la toponimia de Surrup o Surrupe, que en otras fuentes es referida como ¨Siurrepe o Sinrrepe¨ . Separando el vocablo en las voces ¨Su¨, ¨Siu¨ o ¨Sin¨ y ¨rrup o ¨rrepe¨, encontramos que las recopilaciones de voces Mochicas realizadas por Middendorf (1892) refieren la voz muchik ¨Si¨ para Luna y Alfred Bastian (1878) da cuenta de ¨Gehrupu o Chrup¨ para referir a Sal. El ¨Mochica Wonterbuch¨ (Diccionario Mochica) de Bruning (2004) por su parte consigna para ¨rrep¨ la traducción ¨mancha (en la cara)¨ (p. 50)
Con ello, Surrup, ¨sal de la luna¨ haría referencia a esos recursos vitales para las poblaciones de pescadores como lo era la sal marina, con el añadido de que, al igual que como ocurrió en 1806 con Apolinario Llontop , se hallaban bajo el control de la más importante entidad religiosa y su sacerdocio prehispánico en la zona : la Luna.
Al igual que, el espíritu colectivo, el amor al trabajo, la prolongada fiesta, su hábil dominio para el tejido con telar, la producción variada de chichas; entre otros, la gastronomía constituye otro elemento de identidad monsefuana, valiosa posesión cultural heredada que les distingue, les torna en reconocibles y distintos a nivel del microespacio del circuito Mochica y a nivel de Lambayeque. El aporte marino de esta cualidad monsefuana, se heredó de Surrup; mucho se haría en Monsefú si se contribuyera a preservar su memoria. Pasado, presente y porque no futuro podrían articularse en torno a la conservación y aprovechamiento turístico de dichas salinas, experiencia como las de Maras (Cusco) ya lo han demostrado.

Por: David Martín Ayasta Vallejo

Tejedoras Monsefuanas de 1880


En la centuria de 1800, para ser más precisos entre los años 1880-1885 , ya ubicados los descendientes de este cacicazgo en el actual pueblo de Monsefu, identificamos a través de los libros de defunciones del Archivo Parroquial de Monsefú importantes referencias a labor del tejido entre las población femenina de la época.
El libro de defunciones de los años 1880-1885 es el único que contiene referencias a las especializaciones laborales de los fallecidos, de ahí su importancia. Registramos en el lapso de cinco años el fallecimiento de un total de 63 tejedoras procedentes de diferentes contextos familiares (María Gertrudis Lllonto, Andrea Monchón, María Exaltación Pisfil, Gabriela Lluen Capuñay, Rosa Miscan, Juana Chumioque, Paula Eneque, Petrona Ayasta, Manuela Cornejo, etc.) lo cual habla de la vigencia de la actividad textil en múltiples hogares monsefuanos de la época.
Asimismo resulta llamativo el significativo número de mujeres tejedoras que fallecen solteras y a una edad algo avanzada para el matrimonio de aquella época. El 25 % (16) de ellas fallecen en edades que fluctúan entre los 30 y los 79 años de edad. Esto evidencia como la práctica del tejido con telar absorbe plenamente la vida de las mujeres tejedoras, al punto de evitarse relaciones sentimentales que las lleven a constituir una vida familiar propia.
Tomando en consideración las edades de las tejedoras se advierte que sus edades fluctúan entre los 10 años y los 106 años de edad. Son los casos de Matea Gonzales Effio que vivía en la Calle de Los Molinos (Actualmente Tarapacá) que tenía 10 años de edad, murió de fiebres y Luisa Signol que vivía en la Calle El Carmen y murió de ¨vejes¨, respectivamente. Se constata a partir de ello la temprana inserción de los monsefuanas en la actividad textil, como también el indesligable vínculo que establecían éstas con el tejido a lo largo de su vida.


Por: David Martín Ayasta Vallejo

Alforjas: Herencia labrada de Monsefú


Una de las principales expresiones del talento textil monsefuano lo constituyen las alforjas, bolsas tejidas a telar, elegantes y prácticas que poseen un diseño algo parecido al de los famosos paños, pero que son cerradas en los extremos formando así dos bolsas para llevar las provisiones.
Constituye una de las manifestaciones culturales de mayor continuidad tecnológica textil en el pueblo monsefuano, basta decir que sus antecedentes más lejanos aparecen registrados en la cultura Mochica hace aproximadamente 1800 años. Una pictografía presente en un ceramio de la época muestra a la alforja arriera colocada sobre una llama para el traslado de strombus galeatus, escena que ha sido interpretada como de entrega de ofrendas para los ancestros, huacas y difuntos (Hocquenghem, 1986, p. 82)
A diferencia de las alforjas arrieras, las alforjas labradas de Monsefu son las de mejor factura, pues en su elaboración intervienen no sólo las destrezas y conocimiento heredado de la tejedora para el urdido y tejido en telar, sino también su talento artístico y perspicacia empática para elegir el verso adecuado que acompañará al nombre de la persona propietaria de la alforja.
La elaboración de una alforja labrada es un proceso que puede tomar 15 días de trabajo para la tejedora y esto se debe al complicado manejo de los 12 palos que cruzan su trama y gracias a los cuales se logran construir los coloridos y vistosos íconos (pavas reales, venados, escudos, ángeles, etc.) que adornan las dos ¨tapas¨ de cada alforja. Las flores simétricamente distribuidas en los extremos y bases de cada tapa, aluden a la campiña monsefuana y ponen de manifiesto el talento artístico de la tejedora.
La alforja juega un rol crucial en la integración de los grupos familiares. Con la entrega afectuosa de hermosas alforjas labradas y paños preparados con ocasión del matrimonio (a menudo por la misma novia) se da inicio a las relaciones familiares entre los parientes de los novios. Al entregarle a los padrinos se les está demostrando su gratitud y respeto perennizado, seguidamente la entrega de alforjas y paños al joven esposo como a su familia, facilitará el acercamiento de los nuevos familiares. Más temprano que tarde los lazos familiares se terminarán consolidando y la nueva familia encontrará en ellos un respaldo para las iniciativas que emprenda, al tiempo que el grupo familiar se fortalecerá con nuevos compadrazgos, amistades y alianzas.
Las alforjas albergan también expresiones de los sentimientos de sus pobladores; sus cuartetas populares plasmadas en la parte superior e inferior del icono central de cada ¨tapa¨ de la alforja, expresan mensajes amorosos o de amistad según sea el caso. Creados o escogidos por sus tejedoras podrían haber sido canales para expresar el sentimiento de las mismas (algunas de ellas negadas a la vida familiar). Hemos documentado versos que le cantan al amor que espera (Esta alforja que te mando /sabe Dios lo que me cuesta / mis ojos quedan llorando/esperando tu respuesta) al amor sufrido (Que bonito pajarito/ paradito en su limón/ anda dile que me cante/que me duele el corazón) al añorado (Águila que vas volando/ en tu pico llevas flores/ en tu pecho azucenas/ y en tu corazón mis amores) y al recordado (En la palma de mi mano/ te quisiera retratar/y así tenerte en mis brazos/ y nunca poderte olvidar )
Carlos Camino Calderón refiere estas cuartetas en su obra El Daño; transcribiendo una de las alforjas deshilachadas de José Miguel Navarrete (Camino, 1973, p. 71)


Por: David Martín Ayasta Vallejo